jueves, 14 de enero de 2010

Vuelve...

Inicio de grabación

Javier Sardá, a la caza de los piratas somalíes en Telecinco

Viaja a Seychelles con las fragatas españolas en un renovado "Dutifrí"

Javier Sardá pone rumbo, este mismo mes, a las paradisíacas Islas Seychelles. Pero no será por placer, luna de miel o autoexilio, sino como primera parada de su nuevo programa de viajes -secuela de su anterior "Dutifrí"- que prepara ya para Telecinco, según ha conocido Vertele.com.

El showman catalán se desplaza hasta este enclave del Océano Índico para ser testigo, en primera persona, del trabajo que allí desempeñan las fragatas españolas, grandes protagonistas de los últimos meses tras el secuestro y posterior liberación del atunero vasco 'Alakrana'.

Sardá palpará el ambiente que se vive en los buques militares españoles: 'Canarias', 'Méndez Nuñez' o 'Numancia' que, actualmente, ejercen labores de vigilancia en la misión "Atalanta" de la Unión Europea contra la piratería, aprobada hace poco más de un año a petición de España y Francia ante los casos de raptos de pesqueros.

Así, el presentador tenía también en mente desplazarse hasta Mauritania pero, en esta conflictiva zona donde fueron secuestrados los tres cooperantes españoles de la ONG Acció Solidaria, las condiciones no eran del todo seguras para la grabación de estos nuevos reportajes.



Su viaje a las Seychelles se enmarca dentro de una serie de especiales en los que el comunicador acudirá a diferentes lugares del mundo donde algún español esté realizando una actividad notoria, ya sea en el ámbito social, político, deportivo, cultural, etc.

Sardá ya visitó a las tropas españolas en El Líbano

Ocho meses después de la desaparición de "La Tribu", Javier Sardá reaparecerá en las pantallas de Telecinco con este nuevo espacio de viajes, independiente de "Dutifrí" y sin famosos, como ya les adelantó este portal el pasado octubre.

Al igual que entonces, el nuevo programa contará con Jorge Salvador en la dirección. El objetivo es retomar el concepto de la visita que Javier Sardá realizó en marzo de 2008, en una de las entregas de "Dutifrí", a las tropas españolas desplazadas al Líbano.

En aquella edición, Sardá pudo comprobar cómo vivían los 1.100 soldados españoles que trabajaban en la base militar Miguel de Cervantes bajo mando de las Naciones Unidas. En el transcurso de su viaje, el presentador compartió con ellos sus vivencias y rutinas, descubriendo su lado más humano.

La visita de Sardá al Líbano registró un 22.3% de share y 1.162.000 espectadores, lo que le permitió liderar el late night dominical de Telecinco.

Telecinco retoma su apuesta por Javier Sardá

El nuevo programa de Sardá permitirá al presentador regresar a Telecinco después de que su último proyecto, “La Tribu”, no pudiera hacerse un hueco en la parrilla.

Sin embargo, la cadena quiere seguir sacando partido al talento y carisma de Sardá, que condujo con acierto dos temporadas de “Dutifrí”, producidas por Gestmusic, y que presentó desde 1997 hasta 2005 el exitoso "Crónicas marcianas".

El género de los programas de viajes sigue en racha

Los programas de viajes están acaparando en los últimos meses buena parte de la parrilla de las cadenas, debido a la buena audiencia que han conseguido desde que surgieran hace un timpo en los canales autonómicos.

Antes de su llegada a TVE con "Españoles por el mundo" y a Cuatro con “Callejeros Viajeros”, Javier Sardá protagonizó dos temporadas con su "Dutifrí" (media del 21% de share) para Telecinco, siendo la primera versión nacional de este tipo de espacios.

Recordar que este formato tiene su origen en "Afers exteriors", el célebre programa de viajes del periodista Miquel Calçada "Mikimoto" que triunfó hace años en la televisión catalana TV3.

Lunes, 11 de enero de 2010, 19:35
http://vertele.com

martes, 22 de diciembre de 2009

Lloro cada vez que leo esto es demasiado bello...

Dónde está Dios, aunque no exista
" ¿Dónde está Dios, aunque no exista? Quiero rezar y llorar, arrepentirme de crímenes que no he cometido, disfrutar de ser perdonado por una caricia no propiamente maternal. Un regazo para llorar, pero un regazo enorme, sin forma, espacioso como una noche de verano, y sin embargo cercano, caliente, femenino, al lado de cualquier fuego… Poder llorar allí cosas impensables, faltas que no sé cuáles son, ternuras de cosas inexistentes, y grandes dudas crispadas de no sé qué futuro…Una infancia nueva, un ama vieja otra vez, y una cama pequeña donde acabe por dormirme, entre cuentos que arrullan, mal oídos, con una atención que se pone tibia, de rayos que penetraban en jóvenes cabellos rubios como el trigo… Y todo esto muy grande, muy eterno, definitivo para siempre, de la estatura única de Dios, allá en el fondo triste y somnoliento de la realidad última de las cosas…Un regazo o una cuna o un brazo caliente alrededor de mi cuello…Una voz que canta bajo y parece querer hacerme llorar…El ruido de la lumbre en el hogar… Un calor en el invierno… Un extravío suave de mi conciencia… Y después, sin ruido, un sueño tranquilo en un espacio enorme, como la luna rodando entre estrellas…Cuando coloco en un rincón, con un cuidado lleno de cariño –con ganas de darles besos- mis juguetes, las palabras, las imágenes, las frases –¡me quedo tan pequeño y tan inofensivo, tan solo en un cuarto tan grande y tan triste, tan profundamente triste…! Después de todo, ¿quién soy yo cuando no juego? Un pobre huérfano abandonado en las calles de las sensaciones, tiritando de frío en las esquinas de la Realidad, teniendo que dormir en los escalones de la Tristeza y que comer el pan regalado de la Fantasía. De un padre sé el nombre; me han dicho que se llama Dios, pero el nombre no me da idea de nada. A veces, de noche, cuando me siento solo, le llamo y lloro, y me hago una idea de él a la que poder amar… Pero después pienso que no le conozco, que quizás no sea así, que quizás no sea nunca ese padre de mi alma…¿Cuándo se terminará todo esto, estas calles por las que arrastro mi miseria, y estos escalones donde encojo mi frío y siento las manos de la noche entre mis harapos? Si un día viniese Dios a buscarme y me llevase a su casa y me diese calor y afecto… Pero el viento se arrastra por la calle y las hojas caes en la acera… Alzo los ojos y veo las estrellas que no tienen ningún sentido… Y de todo esto apenas quedo yo, un pobre niño abandonado…Tengo mucho frío. Estoy tan cansado en mi abandono. Vé a buscar, oh Viento, a mi Madre. Llévame por la Noche a la casa que no he conocido…Vuelve a darme, oh Silencio, mi alma y mi cuna y la canción con que dormía. "

Alimento para el ánima

Escrito en un libro abandonado en un viaje

" Tengo el cansancio anticipado de lo que no voy a encontrar. Si en determinado momento me hubiera vuelto para la izquierda en lugar de para la derecha. Si en cierto instante hubiera dicho sí en lugar de no, o no en lugar de sí. Si en determinada conversación hubiese tenido frases que sólo ahora en el entresueño elaboro. Si todo esto hubiera sido así hoy sería otro y quizá el Universo entero sería insensiblemente llevado a ser otro también. Pero sólo ahora lo que nunca fui ni seré me duele. Voy a pasar la noche a Cintra porque no puedo pasarla en Lisboa pero cuando llegue a Cintra me va dar pena de no haberme quedado en Lisboa. Siempre esta inquietud sin resolución, sin nexo, sin consecuencia. Siempre, siempre, siempre. Esta angustia excesiva del espíritu por nada. En la carretera de Cintra, o en la carretera del sueño, o en la carretera de la vida. A la izquierda hay una casucha al borde de la carretera. A la derecha, el campo abierto con la luna a lo lejos. El auto que parecía hace poco proporcionarme libertad es ahora algo en lo que estoy encerrado. A la izquierda, hacia atrás, la casucha modesta. La vida allí debe ser feliz sólo porque no es la mía. Si alguien me ha visto desde la ventana de la casucha soñará: ese que va en el auto es feliz. "

Belleza para el alma

El libro del desasosiego (fragmento)

" Pedí tan poco a la vida y ese mismo poco la vida me lo negó. un haz de parte del sol, un campo próximo, un poco de sosiego con un poco de pan, no pesarme mucho el saber que existo, y no exigir nada de los otros ni ellos nada de mí. esto mismo me fue negado, como quien niega la limosna no por falta de buena alma, sino por tener que desabrocharse la chaqueta. Escribo, triste, en mi cuarto tranquilo, solo como siempre yo he estado, solo como siempre estaré. y pienso si mi voz, aparentemente tan poca cosa, no encarna la sustancia de millares de voces, el hambre de decirse de millares de vidas, la paciencia de millones de almas sometidas como la mía al destino cotidiano, al sueño inútil, a la esperanza sin vestigios. en estos momentos mi corazón late más alto por mi conciencia de él. vivo más porque vivo mayor. Siento en mi persona una fuerza religiosa, una especie de oración, un símil de clamor. pero mi reacción contra mi desciende desde mi inteligencia... me veo en el cuarto piso de la rua dos douradores, me ayudo con sueño; miro, sobre el papel medio escrito, la vida sana sin belleza y el cigarro barato que apurándolo extiendo sobre el secante viejo. ¡yo, aquí, en este cuarto piso, interpelando a la vida!, ¡diciendo lo que las almas sienten!, ¡haciendo prosa como los genios y los célebres! ¡yo, aquí, así...!
(...)
El mundo es de quien no siente. La condición esencial para ser un hombre práctico es la ausencia de sensibilidad. La cualidad principal en la práctica de la vida es aquella cualidad que conduce a la acción, esto es, la voluntad. Ahora bien, hay dos cosas que estorban a la acción –la sensibilidad y el pensamiento analítico, que no es, a fin de cuentas, otra cosa que el pensamiento con sensibilidad. Toda acción es, por naturaleza, la proyección de la personalidad sobre el mundo exterior, y como el mundo exterior está en buena y en su principal parte compuesto por seres humanos, se deduce que esa proyección de la personalidad consiste esencialmente en atravesarnos en el camino ajeno, en estorbar, herir o destrozar a los demás, según nuestra manera de actuar. Para actuar es necesario, por tanto, que no nos figuremos con facilidad las personalidades ajenas, sus penas y alegrías. Quien simpatiza, se detiene. El hombre de acción considera el mundo exterior como compuesto exclusivamente de materia inerte –inerte en sí misma, como una piedra sobre la que se pasa o a la que se aparta del camino; o inerte como un ser humano que, por no poder oponerle resistencia, tanto da que sea hombre o piedra, pues, como a la piedra, o se le apartó o se le pasó por encima. El máximo ejemplo de hombre práctico, por reunir la extrema concentración de la acción junto con su importancia extrema, es la del estratega. Toda la vida es guerra, y la batalla es, pues, la síntesis de la vida. Ahora bien, el estratega es un hombre que juega con vidas como el jugador de ajedrez juega con las piezas del juego. ¿Qué sería del estratega si pensara que cada lance de su juego lleva la noche a mil hogares y el dolor a tres mil corazones? ¿Qué sería del mundo si fuéramos humanos? Si el hombre sintiera de verdad, no habría civilización. El arte sirve de fuga hacia la sensibilidad que la acción tuvo que olvidar. "

El Genio Pessoa

Tabaquería
" No soy nada.
Nunca seré nada.
No puedo querer ser nada.
Aparte de eso, tengo en mí todos los sueños del mundo.
(...)
Fallé en todo.
Como no tuve propósito alguno tal vez todo fue nada.
Lo que me enseñaron
Lo eché por la ventana del traspatio.
Ayer fui al campo con grandes propósitos.
Encontré sólo hierbas y árboles
y la gente que iba era igual a la otra.
(...)
Qué puedo saber de lo que seré, yo que no se lo que soy?
Ser lo que pienso? Pienso ser tantas cosas!
Y hay tantos que piensan ser esas mismas cosas
que no podemos ser tantos.
"


Lo que se ha perdido

" Lo que se ha perdido, lo que se debería haber perdido,
lo que se ha conseguido y ha satisfecho por error,
lo que amamos y perdimos y, después de perderlo, vimos,
amándolo por haberlo tenido, que no lo habíamos amado;
lo que creíamos que pensábamos cuando sentíamos;
lo que era un recuerdo y creíamos que era una emoción;
y el mar en todo, llegando allá, rumoroso y fresco,
del gran fondo de toda la noche, a agitarse fino en la playa,
en el decurso nocturno de mi paseo a la orilla del mar.


El misterio de las cosas

" IV
El misterio de las cosas, Dónde está?
Si apareciese, al menos,
para mostrarnos que es misterio
qué sabe de esto el río, qué sabe el árbol?
Y yo, que no soy más, qué se yo?
Siempre que veo las cosas
y pienso en lo que los hombres piensan de ellas,
río con el fresco sonido del río sobre la piedra.

El único sentido de las cosas
es no tener sentido oculto.
más raro que todas las rarezas,
más que los sueños de los poetas
y los pensamientos de los filósofos,
es que las cosas sean realmente lo que parecen ser
y que no haya nada que comprender.

Sí, eso es lo único que aprendieron solos mis sentidos:
las cosas no tienen significación, tienen existencia.
las cosas son el único sentido oculto de las cosas.

El amor es una compañía
" El amor es una compañía, ya no sé andar solo por los caminos,
porque ya no puedo andar solo.
Un pensamiento visible me hace andar más a prisa y ver menos,
y al mismo tiempo gustar de ir viendo todo.
Aun la ausencia de ella es una cosa que está conmigo,
y yo gusto tanto de ella que no sé cómo desearla.
Si no la veo, la imagino y soy fuerte como los arboles altos,
pero si la veo tiemblo, no sé qué se ha hecho de lo que siento en ausencia de ella.
Todo yo soy cualquier fuerza que me abandona.
Toda la realidad me mira como un girasol con la cara de ella en el medio.
"

Anarquísmo
" La noche y el caos forman parte de mi.
Me remonto al silencio de las estrellas.
Soy el efecto de una causa del tiempo,
del Universo [quizás lo excedo].
Para encontrarme, debo buscarme entre las flores,
los pájaros, los campos y las ciudades,
en los actos, las palabras y los pensamientos de los hombres,
en la noche del sol y las ruinas olvidadas de mundos hoy desaparecidos.
Cuanto más crezco, menos soy.
Cuando más me encuentro, más me pierdo.
Cuanto más me pruebo, más veo que soy flor
y pájaro y estrella y universo.
Cuanto más me defino, menos límites tengo.
Lo desbordo todo. En el fondo soy lo mismo que Dios.
Mi presencia actual contiene las edades anteriores a la vida,
los tiempos más viejos que la tierra,
los huecos del espacio antes de que el mundo fuera.
"

Fernando Pessoa

Amo como ama el amor. No conozco otra razón para amar que amarte. ¿Qué quieres que te diga además de que te amo, si lo que quiero decirte es que te amo?

Nunca amamos a nadie: amamos, sólo, la idea que tenemos de alguien. Lo que amamos es un concepto nuestro, es decir, a nosotros mismos.

Entre la vida y yo hay un cristal tenue. Por más claramente que vea y comprenda la vida, no puedo tocarla.

El mundo es de quien nace para conquistarlo y no de quien sueña que puede conquistarlo.

Por la boca mueren el pez y Oscar Wilde.

La función última de la crítica es que satisfaga la función natural de desdeñar, lo que conviene a la buena higiene del espíritu.

No hagas hoy lo que puedas dejar de hacer también mañana.

Los viajes son los viajeros. Lo que vemos no es lo que vemos, sino lo que somos.

El único misterio del universo es que exista un misterio del universo.

Fernando Pessoa

TABAQUERÍA
No soy nada.
Nunca seré nada.
No puedo querer ser nada.
Aparte de esto, tengo en mí todos los sueños del mundo.

Ventanas de mi cuarto,
de mi cuarto de uno de los millones de gente que nadie
sabe quién es
(y si supiesen quién es, ¿qué sabrían?),
dais al misterio de una calle constantemente cruzada
por la gente,
a una calle inaccesible a todos los pensamientos,
real, imposiblemente real, evidente, desconocidamente
evidente,
con el misterio de las cosas por lo bajo de las piedras y
los seres,
con la muerte poniendo humedad en las paredes y
cabellos blancos en los hombres,
con el Destino conduciendo el carro de todo por la
carretera de nada.

Hoy estoy vencido, como si supiera la verdad.
Hoy estoy lúcido, como si estuviese a punto de morirme
y no tuviese otra fraternidad con las cosas
que una despedida, volviéndose esta casa y este lado de
la calle
la fila de vagones de un tren, y una partida pintada
desde dentro de mi cabeza,
y una sacudida de mis nervios y un crujir de huesos a
la ida.

Hoy me siento perplejo, como quien ha pensado y
opinado y olvidado.
Hoy estoy dividido entre la lealtad que le debo
a la tabaquería del otro lado de la calle, como cosa real
por fuera,
y a la sensación de que todo es sueño, como cosa real
por dentro.

He fracasado en todo.
Como no me hice ningún propósito, quizá todo no
fuese nada.
El aprendizaje que me impartieron,
me apeé por la ventana de las traseras de la casa.
Me fui al campo con grandes proyectos.
Pero sólo encontré allí hierbas y árboles,
y cuando había gente era igual que la otra.
Me aparto de la ventana, me siento en una silla.
¿En qué voy a pensar?
¿Qué sé yo del que seré, yo que no sé lo que soy?
¿Ser lo que pienso? Pero ¡pienso ser tantas cosas!
¡Y hay tantos que piensan ser lo mismo que no puede
haber tantos!
¿Un genio? En este momento
cien mil cerebros se juzgan en sueños genios como yo,
y la historia no distinguirá, ¿quién sabe?, ni a uno,
ni habrá sino estiércol de tantas conquistas futuras.
No, no creo en mí.
¡En todos los manicomios hay locos perdidos con tantas
convicciones!
Yo, que no tengo ninguna convicción, ¿soy más
convincente o menos convincente?

No, ni en mí...
¿En cuántas buhardillas y no buhardillas del mundo
no hay en estos momentos genios-para-sí-mismos
soñando?
¿Cuántas aspiraciones altas y nobles y lúcidas
-sí, verdaderamente altas y nobles y lúcidas-,
y quién sabe si realizables, no verán nunca la luz del sol
verdadero ni encontrarán quien les preste oídos?
El mundo es para quien nace para conquistarlo, aunque
tenga razón.
He soñado más que lo que hizo Napoleón.
He estrechado contra el pecho hipotético más
humanidades que Cristo,
he pensado en secreto filosofías que ningún Kant
ha escrito.
Pero soy, y quizá lo sea siempre, el de la buhardilla,
aunque no viva en ella;
seré siempre el que no ha nacido para eso;
seré siempre el que tenía condiciones;
seré siempre el que esperó que le abriesen la puerta al
pie de una pared sin puerta
y cantó la canción del Infinito en un gallinero,
y oyó la voz de Dios en un pozo tapado.
¿Creer en mí? No, ni en nada.
Derrámame la naturaleza sobre mi cabeza ardiente
su sol, su lluvia, el viento que tropieza en mi cabello,
y lo demás que venga si viene, o tiene que venir, o
que no venga.
Esclavos cardíacos de las estrellas,
conquistamos el mundo entero antes de levantarnos
de la cama;
pero nos despertamos y es opaco,
nos levantamos y es ajeno,
salimos de casa y es la tierra entera,
y el sistema solar y la Vía Láctea y lo Indefinido.

(¡Come chocolatinas, pequeña,
come chocolatinas!
Mira que no hay más metafísica en el mundo que las
chocolatinas, mira que todas las religiones no
enseñan más que la confitería.
¡Come, pequeña sucia, come!
¡Ojalá comiese yo chocolatinas con la misma verdad
con que comes!
Pero yo pienso, y al quitarles la platilla, que es de papel
de estaño,
lo tiro todo al suelo, lo mismo que he tirado la vida.)

Pero por lo menos queda de la amargura de lo que
nunca seré
la caligrafía rápida de estos versos,
pórtico partido hacia lo Imposible.
Pero por lo menos me consagro a mí mismo un
desprecio sin lágrimas,
noble, al menos, en el gesto amplio con que tiro
la ropa sucia que soy, sin un papel, para el transcurrir
de las cosas,
y me quedo en casa sin camisa.

(Tú, que consuelas, que no existes y por eso consuelas,
o diosa griega, concebida como una estatua que
estuviese viva,
o patricia romana, imposiblemente noble y nefasta,
o princesa de trovadores, gentilísima y disimulada,
o marquesa del siglo dieciocho, descotada y lejana,
o meretriz célebre de los tiempos de nuestros padres,
o no sé qué moderno -no me imagino bien qué-,
todo esto, sea lo que sea, lo que seas, ¡si puede inspirar,
que inspire!
Mi corazón es un cubo vaciado.
Como invocan espíritus los que invocan espíritus, me
invoco
a mí mismo y no encuentro nada.
Me acerco a la ventana y veo la calle con absoluta claridad,
veo las tiendas, veo las aceras, veo los coches que pasan,
veo a los entes vivos vestidos que se cruzan,
veo a los perros que también existen,
y todo esto me pesa como una condena al destierro,
y todo esto es extranjero, como todo.)

He vivido, estudiado, amado, y hasta creído,
y hoy no hay un mendigo al que no envidie sólo por no
ser yo.
Miro los andrajos de cada uno y las llagas y la mentira,
y pienso: puede que nunca hayas vivido, ni estudiado, ni
amado ni creído
(porque es posible crear la realidad de todo eso sin
hacer nada de eso);
puede que hayas existido tan sólo, como un lagarto al
que cortan el rabo
y que es un rabo, más acá del lagarto, removidamente.

He hecho de mí lo que no sabía,
y lo que podía hacer de mí no lo he hecho.
El dominó que me puse estaba equivocado.
Me conocieron enseguida como quien no era y no lo
desmentí, y me perdí.
Cuando quise quitarme el antifaz,
lo tenía pegado a la cara.
Cuando me lo quité y me miré en el espejo,
ya había envejecido.
Estaba borracho, no sabía llevar el dominó que no me
había quitado.
Tiré el antifaz y me dormí en el vestuario
como un perro tolerado por al gerencia
por ser inofensivo
y voy a escribir esta historia para demostrar que soy
sublime.

Esencia musical de mis versos inútiles,
ojalá pudiera encontrarme como algo que hubiese hecho,
y no me quedase siempre enfrente de la tabaquería de
enfrente,
pisoteando la conciencia de estar existiendo
como una alfombra en la que tropieza un borracho
o una estera que robaron los gitanos y no valía nada.

Pero el propietario de la tabaquería ha asomado por la
puerta y se ha quedado a la puerta.
Le miro con incomodidad en la cabeza apenas vuelta,
y con la incomodidad del alma que está comprendiendo
mal.
Morirá él y moriré yo.
Él dejará la muestra y yo dejaré versos.
en determinado momento morirá también la muestra, y
los versos también.
Después de ese momento, morirá la calle donde estuvo
la muestra,
y la lengua en que fueron escritos los versos,
morirá después el planeta girador en que sucedió todo
esto.
En otros satélites de otros sistemas cualesquiera algo así
como gente
continuará haciendo cosas semejantes a versos y
viviendo debajo de cosas semejantes a muestras,
siempre una cosa enfrente de la otra,
siempre una cosa tan inútil como la otra,
siempre lo imposible tan estúpido como lo real,
siempre el misterio del fondo tan verdadero como el
sueño del misterio de la superficie,
siempre esto o siempre otra cosa o ni una cosa ni la otra.

Pero un hombre ha entrado en la tabaquería (¿a
comprar tabaco?),
y la realidad plausible cae de repente encima de mí.
Me incorporo a medias con energía, convencido,
humano,
y voy a tratar de escribir estos versos en los que digo
lo contrario.
enciendo un cigarrillo al pensar en escribirlos
y saboreo en el cigarrillo la liberación de todos los
pensamientos.
Sigo al humo como a una ruta propia,
y disfruto, en un momento sensitivo y competente,
la liberación de todas las especulaciones
y la conciencia de que la metafísica es una consecuencia
de encontrarse indispuesto.

Después me echo para atrás en la silla
y continúo fumando.
Mientras me lo conceda el destino seguiré fumando.
(Si me casase con la hija de mi lavandera
a lo mejor sería feliz.)
Visto lo cual, me levanto de la silla. Me voy a la ventana.

El hombre ha salido de la tabaquería (¿metiéndose el
cambio en el bolsillo de los pantalones?).
Ah, le conozco: es el Esteves sin metafísica.
(el propietario de la tabaquería ha llegado a la puerta.)
Como por una inspiración divina, Esteves se ha vuelto y
me ha visto.
Me ha dicho adiós con la mano, le he gritado ¡Adiós,
Esteves!, y el Universo
se me reconstruye sin ideales ni esperanza, y el propietario
de la tabaquería se ha sonreído.

Esto
Dicen que finjo o miento.
Todo lo escribo. No.
Yo simplemente siento
Con la imaginación.
No uso el corazón.

Todo lo que sueño o vivo,
Lo que me falla o acaba,
Es como una terraza
Aún sobre otra cosa.
Esa cosa es la que es bella.

Por eso escribo en medio.
de lo que no está al pie,
Libre de mi ensueño,
Serio de lo que no es.
¿Sentir? ¡Que sienta quién lee!

domingo, 20 de diciembre de 2009

Xavier Sardà renuncia a su nuevo programa en Tele 5
El 'showman' abandona por el mal "ambiente" entre su productora y la cadena
EL PERIÓDICO
BARCELONA

Apenas 24 horas después de que los productores de sus programas --y amigos íntimos--, Josep Maria Mainat y Toni Cruz, ratificasen su dimisión de Endemol, Xavier Sardà anunció su renuncia a dirigir y presentar su futuro programa en Tele 5, proyecto de emisión semanal en el que ya trabajaba para estrenarlo en el 2009.
En una nota hecha pública ayer, Sardà explica que abandona su nuevo show para Tele 5 debido al "ambiente" que existe entre la productora del programa, Gestmusic-Endemol --que dirigen Mainat y Cruz--, y la dirección de la cadena. "Gestmusic y T-5 están atravesando una situación de desencuentro y tensión --dice Sardà en su comunicado--. Este ambiente me imposibilita seguir adelante con mi nuevo proyecto televisivo. Uno a mi disgusto profesional, el desaliento personal ante el desacuerdo de quienes han conformado mi trayectoria televisiva".
Sardà explica en su nota que Tele 5 le encargó a Gestmusic --"como es natural"-- la producción del proyecto. "Y en las propias instalaciones de Gestmusic, yo ya había organizado un equipo entre los excelentes profesionales de la productora --señala el presentador--. Hace unos días, la dirección de Tele 5 me comunicó oficialmente que no querían que Gestmusic produjese mi programa. Al conocer esta decisión, los directivos de Gestmusic dimitieron. Era, según ellos, la gota que colmaba su vaso. Era, para mí, una decisión que me situaba en el centro del conflicto entre la cadena y la productora"
Sardà reconoce que T-5 tiene "perfecto derecho" a decidir quién hace sus espacios, pero ve la decisión "totalmente inadecuada para un proyecto televisivo en pleno proceso de creación". La nota finaliza deseando suerte a Toni Cruz, a Josep Maria Mainat, a Manuel Villanueva director de contenidos de T-5 y a Paolo Vasile consejero delegado de T-5. "Unidos o en divergencia", precisa.
En su línea de ironía que mantienen en T-5, se han limitado a decir: "Hemos decidido no decir nada".

Xavier Sardá

Javier Sardá
EL MARIDO DE LA PELUQUERA
PILAR EYRE

Javier Sardá, 47 años, se ha casado con Ana Gutiérrez, 33 y, desde hace 12, la mejor amiga del periodista. Su estilista, pero sobre todo su confidente, la que mejor le aconseja, la persona en la que más confía y la que no le ha fallado nunca. En el trabajo y en la vida privada. Han compartido jornadas maratonianas en Crónicas Marcianas, y también los problemas de cada uno. El matrimonio y el divorcio de Ana por ejemplo, doloroso, como todas las separaciones. Su marido, Xavi, era el animador de público de Crónicas y uno de los mejores amigos de Sardá. Aún lo es.
Aunque la noticia ha trascendido, Sardá, con una fortuna que algunos medios cifran en 40 millones de euros y que desde hace algún tiempo lleva escolta por haber recibido amenazas, ha sabido rodear su vida y su boda de un casi infranqueable secretismo.¿Cuánto se hubiera pagado por una buena imagen del hasta ayer mismo gran domador en el circo del cuore? No será posible. Frente al alcalde de Palafolls, que ofició la unión civil, sólo estaban unos pocos (24 eran) elegidos. La hermana mayor, Rosa María, no pudo asistir por hallarse en Madrid con la obra Wit, pero sí estaban Fede, dueño de la sala Luz de Gas, y el otro hermano, escenógrafo, Santi. Los dueños de Gestmusic, los ex trincos Toni Cruz y José María Mainat, que estuvo casado con Rosa María, son como los dos hermanos mayores de Javier Sardá. Y es que los invitados no eran sino una prolongación de la familia. Incluso hubo tiempo para recordar a los ausentes: la pareja, antes de ir al banquete en el restaurante Hispania, fue a depositar el ramo de novia en la tumba de Joan Ramón Mainat, productor de Sardá y queridísimo amigo.

Mientras nadie sabe, ni él mismo, los derroteros profesionales de su carrera (no añora la tele, lee mucho, se acuesta temprano..., y de regresar, pues tiene contrato con Telecinco hasta 2007, su nuevo programa no se parecería nada a Crónicas), todo va sobre raíles en lo sentimental. La relación de amistad íntima entre Javier y Ana se convirtió en algo más cuando la peluquera se separó de su marido, hace tres años. Los comienzos de su historia de amor fueron difíciles. Se separaron y se reconciliaron varias veces, hasta que al final decidieron vivir juntos. Y casarse con sencillez el 21 de enero: Ana fue desposada en tejanos y un gabán estampado de boutique. Como joya, sólo la alianza de boda. A ella no le gusta tampoco hacer vida social. Su ideal es reunir a sus dos hijas (de su anterior matrimonio) y a la de Javier (de su relación con la bailarina Rosa María Grau) y hacer una barbacoa en la finca que él posee en Canet de Mar: 22.000 metros, con chalé de 300, terrenos de cultivo, jardín piscina y cuadras de caballo. Aunque también posee avioneta y barco, Sardá no lleva relojes de marca, ni viste en grandes firmas, si va con chófer es porque no le gusta conducir y su casa de Barcelona es un apartamento nada lujoso. En ocasiones la parcela de Canet alberga a niños con problemas a los que los hermanos Sardá protegen a través de una ONG que financian, algo que la familia mantiene en el más absoluto secreto.

Pues eso, el soltero de oro de Barcelona («es como un George Clooney español, enigmático, infantil y maduro a la vez, con una mirada capaz de convencerte de todo», dice la ex gran hermana Sonia Arenas) es ya el marido de la peluquera. La amiga que, cuentan, tanto ha reído estos años con las cuitas amorosas del gran seductor. Ana, dice Marta López, cuatro años y medio trabajando con ambos, es la mujer «ideal para Javier. Muy simpática, inteligente, muy sensata y tolerante, muy buena tía, pero al mismo tiempo tiene carácter y le da a Javier justamente lo que él necesita».
Domingo-29-01-2006

www.elmundo.es

jueves, 17 de diciembre de 2009

Xavier Sardá, Casamajor

Xavier Sardá

Xavier Sardá

Xavier Sardá Entrevista



Xavier Sardá en Argentina con Serrat











Xavier Sardá en New York








Xavier Sardá en Brasil





Xavier Sardá en Rusia





Xavier Sardá en Kenia con Pepe Rubianes









Xavier Sardá en Dubai









Xavier Sardá en Roma









Xavier Sardá en la India me encanto

















Xavier Sardá en Israel





Xavier Sardá en Venezuela, la cuna de Dios











Xavier Sardá en Japón












Xavier Sardá en Tailandia









Xavier Sardá en Jamaica





Javier Sardá: "Es injusto decir que sólo recibimos migajas del Estado"

Critica a sus compañeros de 'El Matí' afirmando que "disfrutan" con cada cosa que España no da a Cataluña

lunes, 23 de noviembre de 2009, 14:52

Barcelona.- Javier Sardá, periodista, presentador y actualmente colaborador del programa ‘El Matí’, presentado por Manel Fuentes en Catalunya Radio, considera que sus compañeros “disfrutan” de los probables recortes que el Tribunal Constitucional puede hacer sobre el Estatuto catalán. “Cómo disfrutáis de cada cosa que no os dan”, espetó Sardá durante la emisión del programa.

“Todo el mundo es libre de tener la opción política que quiera”, declaró tras criticar que se diga que España sólo da “migajas” a Cataluña. “Decir migajas es injusto, no son migajas, recibimos algo más”, manifestó. “Las cosas como son, migajas no”, insistió.

El popular 'showman' ironizó sobre el tema declarando que a veces no se atrevían a hablar de los temas esenciales. “Yo ya estoy hasta los huevos, dejémonos de hostias, del Tribunal Constitucional, dejemos de hablar de migajas y atrevámonos a hablar de lo que interesa… Ya no somos líderes (en referencia al Barça)”, bromeó.

El pasado 20 de octubre, el popular presentador levantaró polémica en la sociedad catalana al afirmar que TV3 tenía una “costra catalanista”. Una semana después, y preguntado por un oyente de ‘El Matí’ acerca de si deseaba matizar sus declaraciones, Sardá se reafirmó y declaró que “a menudo las noticias se miran con una cierta lupa unidireccional en TV3”. Esta reacción provocó que el antiguo conductor de ‘Crónicas Marcianas’ fuera preguntado por la “costra nacionalista española”, a lo cual respondió que “también existe, pero que eso es muy fácil de decir”. “Lo que cuesta es manifestar que también tenemos un poco nosotros”, denunció Sardá.

martes, 15 de diciembre de 2009

La Tele

ENTREVISTA: el tiovivo Entrevista impertinente
"La tele incinera"
JESÚS RUIZ MANTILLA 16/07/2008

Sede de la productora Gestmusic, en Barcelona. Xavier Sardà anuncia: "Volveré a hacer un programa nocturno semanal con Boris y Latre". Mientras, ha publicado Eros, tanatos y su puta madre (Planeta), un libro sobre la muerte. Es posible que mire a los ojos. Pero resulta imposible saberlo. No se quita las gafas de sol.


Pregunta. Dicen que éste es un libro sobre la muerte, pero más bien parece que va del deseo de inmortalidad.
Respuesta. Según Freud, mientras a uno le recuerden, permanece en el ámbito. Hay una parte inconsciente que nos hace pensar que somos inmortales, para compensar.
P. La obsesión suya por la inmortalidad queda patente. A los que han trabajado en la tele, les pierde.
R. La tele incinera, oiga. Pero no da la inmortalidad. Genera una fama efímera, para una generación. Mis antecesores en el trono...
P. ¿Cómo?
R. (Estira el cuello, cachondeándose). Ponga, ponga eso. A mis antecesores en el trono, nadie les recuerda. Disfrutamos un reinado breve y evanescente.
P. ¿Ha escrito literatura o delirio?
R. Literatura me resulta una palabra solemne. Prefiero dejar la definición abierta: es un divertimento literario en la mínima expresión, y cachondeo, en la máxima.
P. Por el paraíso de su libro circulan personajes históricos que...
R. Usted no se lo ha leído.
P. No del todo. Lo he ojeado. Pero nadie me lo ha mandado, lo he tenido que comprar.
R. Es memorable su sangre fría al reconocerlo. Tome 20 euros.
P. De ninguna manera. ¿Tanto le han pagado que es capaz de devolver el importe a los lectores?
R. Ná... Es un privilegio que, por ser conocido, a uno le admitan en este negocio. Pero el título es bueno.
P. El título vale el esfuerzo.
R. Es usted muy amable.
P. Parece que lo ha hecho sólo por el placer de ponerlo, que se le ocurrió y luego fue rellenando el esto.
R. De hecho, es lo único que no estoy dispuesto a cambiar. El contenido, lo modificaría, pero el título es intocable. Merece la pena haber pasado por este mundo para poner un título así.
P. Hablando de la muerte, ¿por qué tuvo que asesinar en público y en directo al pobre señor Casamajò?
R. No se preocupe. Mire, si volviera a hacer radio, sería con él. Y todo el mundo creería que existe.
P. Tenía usted algo de niño viejo. ¿Se siente ahora un hombre mayor con deseos de ser Peter Pan?
R. Es cierto que ahora me divierto con cosas con las que no pude. La muerte de mis padres y mi hermano me rodeó pronto y tuve que ponerme serio. Fue un bloqueo emocional prematuro. Ahora tengo la suerte de disfrutar como un niño mayor.
P. Dicen que vuelve a la tele estelar por la noche.
R. Se da la circunstancia de que Boris y Latre están libres de compromiso. Si ellos quieren, volveremos.
P. ¿Fue feliz haciendo Crónicas marcianas?
R. Soy más feliz ahora. Aquello fueron ocho años de trituradora. No podía pensar en otra cosa. Me sentía en libertad condicional.
P. Mucho tiempo sin competencia. ¿Llegó a creerse Dios?
R. Éramos uno y trino: yo, Boris, Latre y los apóstoles.
P. Aparte de unos cuantos frikis...
R. Los frikis que usted dice lo pasaban muy bien, ganaban su dinero. Pero la gente sabía ver todo aquello con distancia, con humor. Fue la audiencia la que me señaló por dónde debíamos ir. Llegamos a un pacto: hacemos lo que pedís, pero como yo quiero.
P. Y ahora, ¿ha aprendido algo de sus competidores?
R. Tengo un problema: me dedico a ver pelis en inglés, el canal Historia y la CNN.
P. O sea, que no los ve. ¿No va un poco sobrao?
R. Usted también... De peso.
P. Lo llevo a gala. Pero eso de que no ha querido ir al programa de Buenafuente, ¿es cierto?
R. Andreu me invitó a su programa y no he ido. Me lo criticó. Está bien que te riñan por decir lgo, pero no por no ir a los sitios. Dicho esto, somos grandes amigos.

Sardá

Xavier Sardá: Yo no he vivido un solo día de mi vida sin pensar o sentir la muerte. Junio 28, 2008


(En un reciente libro que ha publicado dice que su madre murió cuando él tenía seis años, después murió su padre cuando tenía 19… Siguiendo la dinámica a los 29 murió su hermano)
No parece divertido.
Mi madre murió a mis nueve años y… Me asombró descubrir que la gente hacía cosas sabiendo que moriríamos. Estupefacto, decidí que yo iría haciendo como los demás, a ver si algún día me llegaba la vida…
¿Qué rasgo de su carácter se forjó ahí?
La pasión! Saber vivir momentos de presente: de todas las desgracias posibles (atropellado por un camión, entubado en un hospital…), estar aquí hablando con usted es una desgracia menor.
¿Adónde le conduce esa pasión suya?
A hacer todo lo que quiero. Queremos pilotar avionetas, tocar el saxofón, aprender inglés… ¡y todo lo posponemos! ¿Por qué? Ah, porque tememos la felicidad inmediata. Pues yo no. ¡Yo no pospongo! Todos podemos llegar a más de lo que creemos.
Y, de niño, ¿adónde soñaba llegar?
A escribir en los periódicos. En la mili escribí un relato por el que me premiaron ¡con un mes de permiso! ¡Un éxito! Estando allí, en la mili, murió mi padre… Ya ve, somos muertos de permiso.
¡Pero nace más gente de la que muere!
Todos morirán. La muerte no tiene prisa: la muerte nos da una vida de ventaja.
¿No ha temido alguna vez enloquecer?
He temido perderme en una depresión, he tenido miedo a no encontrar nunca la calma. Pero he sabido adaptarme…
¿Cuál es ahora su régimen de vida?
Me levanto antes de las siete de la mañana y me acuesto a las once de la noche. Mi mejor momento es el despertar, y pasearme por casa, con mis ordenadores, mis libros, mi tren eléctrico, el paisaje… Veo el mar.
¿Qué echa en falta?
¡Nada! Sólo aspiro a que nada malo suceda a los míos. Soy conservador del buen rollo.
¿Qué mira usted en la tele?
Películas en inglés. Y Documanía: mi reality show son los documentales sobre la Segunda Guerra Mundial y la Guerra Civil. Por eso sé que despertar cada mañana en un país en paz ¡es milagroso!, y por eso me asustan los políticos abriendo tarros de esencias. Que nos den dispensarios, escuelas, carreteras, trabajo… ¡y que callen!
Con tanto tiempo para pensar, ¿ha descubierto ya el sentido de la vida?
Amar y ser amado. No olvide que, para todo lo que hace en su vida, habrá una última vez que lo haga (incluido un último polvo).
Aspira usted a llegar a ser como su señor Casamajor, claro…
Ya lo soy, desde niño. Yo he sido un niño viejo.

Dutifri Viajando por los Rincones del Mundo

Javier Sardá, periodista y presentador de televisión, presentó ayer 'Dutifrí', un libro basado en las experiencias y descubrimientos vividos durante las grabaciones de su programa semanal de viajes, que se emite los domingos. «Momentos estelares, imprevistos y curiosidades son contadas en primera persona por el propio Sardá, con su estilo de siempre», avanzó el subdirector del espacio, Jorge Salvador.


Momentos buenos, malos y preferidos. Entre los peores, el presentador catalán recuerda en la publicación el pánico vivido por los pasajeros de un avión que rozaba una tormenta «con escenas similares a la película 'Aterriza como puedas'», y la angustia sufrida en Filipinas, «cuando una compañera se hizo un corte en la cabeza en medio de un mar repleto de tiburones». Entre los inolvidables, Javier Sardá ha resaltado la vuelta de Moscú, «que significaba el regreso a España». De todos los países visitados, Sardá eligió Filipinas por su «absoluta riqueza» y porque no tenía una imagen clara de cómo era hasta que llegó allí.
Largas «vacaciones»
El ex conductor de 'Crónicas Marcianas' ha visitado durante un período de seis meses lugares como Filipinas, Caracas, Nueva York, Japón, Brasil y Roma para ofrecer una mirada «distinta» de destinos turísticos de la mano de los españoles que residen en ese país. El periodista catalán dice haber realizado «en seis meses las vacaciones de trece años». «La experiencia había sido un Gran Hermano itinerante», precisó, si bien confesó haberse sentido «como en casa» en lugares «inéditos».

Cuestión de Fama

"No entiendo como a la gente le puede gustar la fama"



El periodista y presentador publica su primera novela, 'Eros, Thanatos y su puta madre'
Albert Domènech | Barcelona | 30/06/2008 | Actualizada a las 02:48h

No es amante de las entrevistas. Lo deja claro desde el primer momento, cuando prácticamente no se había ni sentado. A Javier Sardá le gusta la televisión, pero cuando está ante las cámaras. Todo lo que viene después es totalmente prescindible. No tiene ningún inconveniente en afirmar que le hubiera gustado ser rico sin llegar a ser famoso y que una vez terminada su primera novela, lo único que siente es pudor literario por lo que se pueda decir de ella. Eros, Thanatos y su puta madre (Planeta) es un libro disparatado donde Sardá vuelve a inventarse otro mundo para ridiculizar un concepto, a priori tan solemne como es la muerte. El mismo Thanatos que a él le tocó vivir desde muy joven con la muerte, primero de sus padres, y más tarde de su hermano. La misma muerte que ahora intenta ridiculizar dotándola de situaciones paradójicas y de mucho Eros.

-Sardá, es usted especialista en crear mundos alternativos. Lo hizo en la radio con el señor Casamajó, en la televisión con Crónicas Marcianas y ahora en su primera novela con un mundo paralelo donde residen los muertos que todavía son recordados en la Tierra.
¿Por qué esta obsesión de crear mundos paralelos?
-Seguramente porque el mundo real no me acaba de gustar. Yo siempre he creído que esto de hacer un programa de radio o de televisión diario significa crear un cierto mundo. La literatura lo que tiene es que te permite inventar muchos ambientes y cosas. Lo primero que me gustaría decir muy seriamente es que para mí esta novela es de extrema sencillez, contacté con la editorial Planeta que es con quien había hecho los libros del programa Dutifrí y les ofrecí una historia que amablemente han decidido publicar. La verdad es que ahora, una vez he publicado el libro, tengo mucho pudor.

-¿Una persona que ha vivido como presentador, periodista y, si me lo permite, showman, todo lo que ha vivido y ahora tiene pudor por haber escrito un libro?
-Sí, sí (ríe). ¿Sabes que pasa? La radio y la televisión son medios efímeros, aunque a veces los programas queden grabados. Pero la letra impresa tiene una legitimidad que los demás medios no tienen, y es por eso que tengo pudor. En el libro hay cartas de algún oyente, hay información de Internet, no sé, es muy especial, realmente no me lo esperaba.

-¿Es por eso que se cura en salud e incluye en el epílogo una autocrítica del mismo libro? 
 No hay peor crítica que la de uno mismo…
-Estoy muy acostumbrado a las críticas, así que me da igual. La gente que hace televisión, o no sé si la gente que hace tele, pero yo sí, he recibido críticas espantosas que no concordaban para nada con el éxito de público y de ambiente que tenía el programa.

-Habla de Crónicas Marcianas, el programa que todo el mundo criticaba y seguía año tras año con audiencias históricas…
-Bueno, todo el mundo no lo criticaba. Había gente que lo veía y me consta que disfrutaba y le gustaba.

-A mi también me consta. Volvamos al libro. ¿Cree que nos podemos tomar a la muerte en serio?
-No, mejor no tomarla en serio. Es muy puñetera, te da una vida de ventaja, es paciente, pero es molesta. La estadística para nosotros es un poco adversa, diría que las posibilidades de no morir son muy pocas, según la estadística insisto (sonríe). De todas formas es Eros, Thanatos y su puta madre, quiere decir que hay mucho Eros también.

-Hay Eros, y hay reflexiones de vida cotidianas amenizadas con el humor irónico y el sarcasmo. ¿Es el método más eficiente en su vida para afrontar las situaciones más duras?
-Hay una frase de Woody Allen que dice "si Dios no existe, ¿por qué nos afeitamos?". Es verdad, dices, ¿qué sentido tiene todo? El sentido es un concepto antropológico, son procesos y basta. La palabra es procesos, y esto es lo que somos y en lo que estamos inmersos. A veces lo olvidamos, y mucho. La gente vive como si fuera importante y no tendríamos que tomarnos tan en serio la muerte como la vida. La vida es efímera y vale la pena no agobiarse.

-Por desgracia a usted le ha tocado vivir la muerte de muy cerca y desde bien pequeño. ¿El libro es una burla o un grito de protesta contra la muerte?
-Es una pataleta, es un aquí estoy y juego, pero discrepo. Pero creo que mi posición ante esto es la de todos. Todos acaban diciendo, ¿qué cojones es esto? Esto es un miraje y sobre todo hay una cosa de la muerte que es muy molesta, que es la posibilidad de volver a nacer. Depende de cómo te vaya la vida dices, vale ya está, pero si has tenido mala suerte con la vida, piensas, ostia, ¡esta persona tiene que volver a nacer! Las posibilidades de que estemos hoy aquí son muy remotas.

-Dígamelo a mí, usted no suele conceder entrevistas…
-No, ¡no me refiero a eso! La de polvos que se han tenido que hacer durante años y años para que tú estés hoy aquí, ¡es increíble! Que de este polvo hayas salido tú, también es remoto, porque si llega a ser otro espermatozoide ya no eres tu. Es increíble, me está entrevistando una auténtica escultura humana, un fenómeno único e irrepetible.

-Eso sí ve, como que soy hijo único…
-Imagina, ¡todavía más difícil!

-Siguiendo los parámetros de su libro, cuando los dos muramos, usted pasará a ser un personaje histórico y anónimo, al menos por ahora…
-¡No! Te equivocas, Sócrates será recordado toda la vida, o Aristóteles, pero yo no.

-Sardá, usted también.
-Te digo que no (sonríe). Mira, las generaciones que trabajamos en los medios somos efímeros y nos olvidarán antes de que muramos. ¡Antes! ¿Quién era aquel que presentaba Esta es su vida? Será olvidado en vida y todo. Tus hijos dirán, ¿Crónicas qué?

-Me da la sensación que a usted le hubiera gustado más ser anónimo que histórico…
-A mi me gustaría ser de esos señores que inventan un tapón de plástico, que sirve para las bombonas de gas, pero a él no le conoce nadie. Esto es envidiable. No entiendo como a la gente le puede gustar la fama, ricos y famosos que dicen. Rico no tengo ningún inconveniente, ahora famoso…

-¿Qué es más complicado, estar muerto sin acabar de morir o saber como están reconstruyendo la vida los que se han quedado?
-A mi me gustaría ser un fantasma, ser algo, o poder vagar por las tinieblas, yo que sé. Lo que sea mientras no sea la nada. No podría hacer cafés con nadie más, ni ver mujeres.

-Dice usted en el libro que esta es su primera novela y probablemente la última. ¿No le ha gustado la experiencia?
-Es lo más probable y lo más práctico. Cuando la escribí lo pasé genial, pero ahora lo paso muy mal. Me hace pudor, primero que yo nunca doy entrevistas, y soy muy perezoso.

-¿Le cuesta hablar de usted?
-No, simplemente es que no veo que saco de ello (ríe).

-Bueno, sólo una. Dígame si le veremos pronto en televisión…
-Posiblemente, porque sé que las cosas son así. Puede haber un programa semanal, a partir de enero del año que viene. Semanal, no diario, eso seguro.

-¿Depende de usted, de Gestmusic, o de los nombre es de Boris Izaguirre y Carlos Latre?
-Depende más de ellos que de mí. Si Boris y Carlos quieren, haremos un programa para pasarlo bien y hacer que la gente lo pase bien. Insisto, corto y semanal (sonríe).